Thursday, 17 October 2024

¡El pan de muertos ya en España también! 31 de octubre y 1 de noviembre

 El pan de muertos en España - el día de los Santos


Día 1 de noviembre: Día de todos los Santos

En España: buñuelos, panellets, huesos de santo, castañas, boniatos.. y finalmente también pan de muertos. ¡Qué maravilla!

Escucha y lee esta adaptación de un artículo del periódico El País:

De Madrid a Vigo: el pan de muerto mexicano conquista a los pasteleros españoles

 

Cocineros y pasteleros mexicanos contribuyen a la expansión de este dulce tradicional que cada vez se comercializa en más establecimientos de España.

 

“Es redondo porque su forma representa el ciclo de la vida y los huesos se ponen en cruz, señalando los puntos cardinales”, explica Sandy Zamarripa, repostera en Doble Uve, en Madrid. Zamarripa, cocinera de 32 años, lleva elaborando estos panes desde los 21 años y es la que ha recomendado a Doble Uve que incluya esta tradición asociada al Día de los Muertos. Ahora cada vez se comercializa en más pastelerías de España. “Hemos llegado a despachar 120 en un día”, dice Zamarripa.

Para hacer el plan de muerto hay que amasar bien la masa y Zamarripa opina que “Si no lleva cráneo, no es pan de muerto”.  

 

Este pan dulce es muy similar al Roscón de Reyes español. En realidad, no se trata de pan, que sería una masa densa y más dura. El pan de muerto y el roscón de Reyes están hechos de masa brioche pero la diferencia es que el pan de muerto es un brioche pequeño que está cubierto de mantequilla y azúcar.

 

El pan de muerte se consume principalmente en México el día 1 de noviembre, el Día de Muertos. Es entonces cuando no solo forma parte de las mesas familiares, sino también de los altares de ofrendas a los difuntos (o muertos). “El agua de azahar que lleva la masa representa el aroma floral que queremos ofrecerles para que vengan a visitarnos”, cuenta Zamarripa, sobre su costumbre favorita. “Celebramos la vida de los que ya no están con nosotros”, añade. Cuando ella comenzó a elaborarlo en España, hace ya algunos años, “nadie vendía pan de muerto” y aún recuerda que cuando los promocionó en sus redes sociales “fue la locura”. En Doble Uve, donde los venden a 3,50 euros, comenzaron el año pasado a ofrecerlos y aunque al principio tenían éxito exclusivamente entre mexicanos, ahora cada vez hay más españoles que los compran.

 


Los elaboran a diario con masa de fermentación lenta hecha con mantequilla, leche, huevos frescos, sal, azúcar, ralladura de naranja y agua de azahar y, una vez horneados, se finalizan pintándolos con mantequilla algo derretida y rebozándolos en azúcar blanco con canela.

 

Aunque con sutiles variaciones, la técnica utilizada varía de un obrador a otro. En la cadena de Pastelería Mallorca, por ejemplo, los huesos y el cráneo son de una masa diferente a la del bollo, “una masa más dura, menos enriquecida con mantequilla”. Así lo explica Pablo Moreno, uno de los responsables de la marca, que cuenta con un total de 9 locales en Madrid, uno en Tokio y otro en Ciudad de México.

 

En esta pastelería aromatizan el brioche con anís, además de agua de azahar. “Hemos ido ampliando la campaña porque tiene mucha aceptación. Empezamos vendiéndolo solo el Día de Muertos y ahora se vende durante todo octubre. La clientela latina ha proliferado mucho y tienen mucho éxito”, comenta Moreno, que puntualiza que se envían, además, a toda España. Su precio es de 4 euros y tardan un total de tres días en hacerlo, desde que se hace la masa, que fermenta en primer lugar durante 24 horas, hasta que se cuece en el horno, el último día, a 165 grados durante aproximadamente 16 minutos. “El año pasado fue nuestro récord de ventas, hicimos 20.000 unidades”, asegura el repostero.

 


Detrás del crecimiento del pan de muerto en España está, principalmente, la comunidad mexicana, y el deseo de conservar y divulgar las costumbres de su país de origen. Estefanía Martínez Valdez, de 41 años, llegó hace 10 y en Voila Cake, además de tartas personalizadas, hace pan de muerto por encargo durante el mes de octubre y hasta pasado el puente de Todos los Santos. “Quiero difundir mi cultura”, comenta, mientras insiste en lo difícil que es emigrar, dejando toda tu vida atrás, y encontrar un buen trabajo. En su pastelería, en Albolote (Granada), hace el bollo tradicional “que se hace en Monterrey”, donde nació, con una receta de brioche a la que añade agua de azahar, naranja y canela que previamente infusiona en la leche con la que hace la masa. En su caso, una vez acabado, ofrece la posibilidad de pedirlo relleno de nata, dulce de leche o Nocilla. Cuesta 13 euros y pesa 250 gramos. El tradicional, también de un cuarto de kilo, cuesta 10 euros.

 

Estos bollos, que recuerdan bastante al roscón de reyes, han llegado incluso a Gran Canaria. Allí, en la panadería artesanal El Triguero los ofrecen junto con otros dulces tradicionales de la época como los huesos de santo o los buñuelos.

 


“El pan de muerto es una elaboración única. La base es la misma que la del roscón. Tiene un toque de esencia de azahar. Los huesos son la parte más rica, es la que más azúcar coge. Los esperamos de año en año. Estos panes los ofreces a la gente que ya no está. Ese día celebramos que esas personas ‘bajan del cielo’ y cenan contigo, por eso no solo se ofrece ese pan, se prepara chocolate, frijoles, tequila... todo lo que le gustaba a los fallecidos”, aclara el chef Roberto Ruiz. Él mismo los ofrecerá en sus restaurantes madrileños, Barracuda MX y Can Chan Chan y Jaiba, en Barcelona, como parte de un menú especial del Día de Muertos que también incluirá un tamal y una torrija “con chocolate Abuelita, el original, que tiene un punto de canela y azúcar”, explica.

Aunque en España se encuentran, principalmente, versiones tradicionales, en México es común que se hagan versiones infinitas, como ocurre con gran parte de la bollería hojaldrada. Así, en la panadería Rosetta, quizá la más famosa del país, tienen una variación con amaranto tostado y otra con cenizas de totomoxtle, las hojas que recubren la mazorca de maíz. 


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