Roma, el agua y las fuentes
1. La importancia del agua en Roma
¿Se puede concebir la ciudad de Roma sin el agua?
En absoluto (de ninguna manera, para nada, no)
La importancia del agua en Roma
Transcripción
(Javier): ¿Crees que
la ciudad, María, la ciudad de Roma, se puede concebir sin el agua, sin el
Tíber, sin los estanques, sin las fuentes?
(María): Bueno,
en absoluto, de hecho, ya en la antigüedad romana era conocida como Regina
Aquarum, la Reina de las aguas, porque el agua, bueno, estaba presente por
todas partes, en forma… primero el padre Tíber, que venía desde los Apeninos,
atravesaba la ciudad, y en muchas ocasiones causaba grandes problemas por sus
inundaciones periódicas pero también desde, bueno, desde la época imperial,
Roma se llenó de fuentes enormes, por ejemplo, Septizodium… el viajero que
llegaba por la Vía Apia y entraba en Roma, se encontraba una… un edificio
enorme, de tres plantas, desde donde emanaba el agua en una abundancia inmensa
y algo.. eso se quedaba gravado en todos los que llegaban de fuera, ¿no?, a
Roma. El agua era, digamos, el elemento primordial.
Luego estaban las
famosísimas termas, lugares que todos los emperadores se apresuraban a
construir para sus ciudadanos, y que en algún momento dado llegó a haber hasta
mil, como lo dice Plinio el viejo una vez más en su Historia natural. O sea
que Roma no se puede concebir sin el agua pero hoy en día Roma es también la
ciudad con más fuentes y viajar a roma es ese placer…
Yo, cuando
escribí el libro, me di el gusto de ir de fuente en fuente. ¡A cual más bonita!
E incluso esas… humildes…
los humildes Nasoni… esas municipales, te procuran un agua maravillosa… en muy
pocas calles.
Rosa es la ciudad
para celebrar el agua.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:SEPTIZODIUM_Rome.jpg
Diagram of the Septizodium of Rome
2. El lado sucio de Roma
Cadáveres en el Tíber, el contenido de los orinales (urinals) arrojados (thrown out/spilled out) sobre las cabezas de los peatones (pedestrians) desde las ventanas etc...
Transcripción
(María): La gente
no solo arrojaba al Tíber cadáveres y todas las inmundicias sino por las
ventanas caían todo el contenido de los orinales y a veces hasta el orinal
mismo y entonces Jubenal, con mucha gracia, en una de sus sátiras dice: “Ciudadano
romano, si eres previsor, antes de ir a cenar haz testamento y cúbrete con…” (Salían
de casa con un sombrero plano de cuero muy rígido por si les caía, eso, no solo
las porquerías sino el orinal).
O sea que era una
ciudad que olía fatal. Está todo muy idealizado; en las películas los vemos con
las togas muy blancas y tal pero caminar por Roma era algo que a nosotros nos
parecería una cochinada absoluta.
Pero bueno es el
encanto, ¿no?
Y luego, el
asunto también de las letrinas públicas…
(Javier): Eso iba
a decir, los baños públicos alguna vez Jacinto
los ha descrito en este programa.
(Jacinto): Eran comunes,
o sea, te sentabas al lado de la otra persona y hablabas…
(María): Hablabas,
claro.
No existía el
tabú como tenemos nosotros, era algo… una función natural.
Pero lo más
horrible es que todos se limpiaban con la misma escobilla, parece ser… en fin,
es mejor no pensarlo.
3. Grecia, Roma y la veneración por el agua
Grecia, Roma y la veneración por el agua
Grecia, Roma y la veneración por el agua
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